Iglesia  de la Vera Cruz

Existen iglesias en el territorio español que están rodeadas por un halo de misterio; poseen algo que las hace ser especiales y quizás el paso del tiempo haya ido acentuando ese poder de atracción del que sus constructores supieron dotarlas.

Santa María de Eunate, iglesia del Santo Sepulcro en Torres del Río, San Bartolomé de Ucero, San Baudelio de Berlanga, la Vera Cruz de Segovia, la iglesia de Santa María de Melque, olvidada joya del reino visigodo en la provincia de Toledo, y otras muchas que se quedan sin mencionar. En este caso hablaré de la Vera Cruz de Segovia, que albergó durante un tiempo un trozo supuestamente verdadero de la cruz de Cristo, anteriormente fue llamada del Santo Sepulcro. 

    

    

 Situada en las afueras de Segovia, frente a su alcázar, la construcción de esta iglesia en principio fue atribuida a los templarios, pero existen investigaciones que apuntan a la Orden del Santo Sepulcro como los verdaderos artífices de la obra. Esta pasó a depender de la Orden de San Juan de Jerusalén cuando ambas órdenes se unieron en 1531. Hay una losa que fecha su construcción en el año 1208.

En el plano telúrico, cuenta con un vórtice de 24500 UB. No es la única. Muchas más fueron construidas en lugares similares, pero el capricho de sus constructores al situarlo y lo curioso de su construcción es lo que la hace ser diferente.

Nada más traspasar su puerta, llama la atención el edículo central, que ocupa gran parte de la nave haciendo que esta gire en torno al mismo. La nave, al igual que el edículo, tiene planta dodecagonal. Muchos piensan que su planta es octogonal y quizás por ello se atribuya la construcción a los caballeros templarios. El edículo central cuenta con dos alturas. Una cúpula cubre el piso alto, al cual se accede por una doble escalera adosada. En el interior de la planta superior existe un altar.

En la actualidad los caballeros de la Orden de Malta celebran allí sus actos religiosos, siendo conocidos los oficios del Viernes Santo y la procesión de esa noche cuando, a la luz de las velas, ascienden por el camino a Zamarramala.

Quizás se intentó emular en este templo a la mezquita de la Cúpula de la Roca, con su templete central, o tal vez a la Basílica del Santo Sepulcro ambas en Jerusalén. Es como construir un templo para albergar a otro en su interior.

Normalmente el vórtice se encuentra situado frente a algún retablo, altar o en el interior de alguna capilla. En muchos casos la imagen más popular o venerada se situaba frente al vórtice, a una distancia aproximada de 1,5 metros; en otros casos al construir se dejaba el vórtice empotrado en una pared y la imagen era situada sobre el mismo vórtice.

En las iglesias con planta de cruz latina, los planos eran proyectados de tal forma que el vórtice quedase en una de las naves del transepto. Esto no sucede en todos los templos con esta forma en su planta, pero se repite en muchas ocasiones. Imagino que la decisión final sería tomada por el constructor de acuerdo con el responsable eclesiástico o el noble que financiase la obra.

En el caso de la Vera Cruz, así como en San Baudelio y en Torres del Río, el vórtice se encuentra en el centro del templo. El edículo lo envuelve abrazando su Octógono Radiante, emulando así a nuestros ancestros cuando construían un dolmen. Las paredes del edículo intentan encapsular la energía proyectada por el vórtice: una invisible columna energética de 60 cm. de diámetro en sentido levógiro. Esta penetrando cual lanza estelar, une la bóveda celeste con las entrañas de la tierra. Y atraviesa el edículo por el mismo centro, porque alguien con los conocimientos suficientes así lo proyectó al construir este templo.

  

Desde mi perspectiva, las iglesias construidas por órdenes militares-religiosas cumplen con la función de templo y a la vez lugar iniciático para sus nuevos miembros. Yo particularmente no tengo ninguna duda de que, en estas iniciaciones, el vórtice era sin duda el protagonista principal. Ese punto de unión entre el cielo y la tierra, la unión de lo espiritual y lo terreno, es el secreto tan celosamente guardado, al que solo tenían acceso un pequeño y cerrado círculo.

Como siempre, el vórtice de 24500 UB se da sobre la superposición de un cruce de la Red Hartmann, un cruce de la Red Curry y una vena de agua. El cruce de ambas redes da lugar a una geopatía importante conocida como Punto Estrella. Por motivos que desconozco, cuando al Punto Estrella se le une una vena subterránea, en lugar de acentuar la geopatía lo que hace es generar un vórtice energético.

En la Vera Cruz la vena de agua sigue su trayectoria hacia la torre del templo. Bajo el edículo, en el pavimento, dos líneas en piedra marcan la dirección exacta de las líneas Hartmann. Los dos surcos en piedra marcan en su cruce el punto exacto donde se sitúa el vórtice de 24500 UB. En cualquier caso resulta sencillo encontrarlo, ya que está en el mismo centro, y este queda marcado en las bóvedas de ambas plantas.

Sobre las Chimeneas Cosmotelúricas existe un gran desconocimiento general. Hay autores que se refieren a ellas como si de vórtices se tratase, confundiendo aún más a las personas interesadas en estos temas. En realidad se trata de una de las geopatías más agresivas que existen.

En la Vera Cruz hay un vórtice dentro y una chimenea fuera, consta de tres brazos y se localiza cercana al lugar donde se sitúa el crucero. Por suerte, y aunque se encuentran de forma aleatoria, son bastante escasas. Aquellos estudiosos que se sientan interesados por el fenómeno aquí pueden prospectarlo.

 

              

 

                                                    Epifanio Alcañiz

                                                      Investigador de las energías telúricas

 

www.radiestesiaysalud.com

zahori33@yahoo.es

                                                            VOLVER AL SUBMENÚ